Aprovecharé la oportunidad para relatarles de manera breve la historia alrededor del descubrimiento de los rayos cósmicos. A finales del siglo XIX, las fronteras de la Física comprendían varios fenómenos interesantes, en particular los relacionados con el electromagnetismo y la radioactividad recién descubierta. Un experimento muy simple que se hace para estudiar la carga de los objetos resultó ser crucial para relacionar estos dos aspectos. La principal idea es que si a un par de láminas finas de metal se les carga eléctricamente, éstas se separaran, de acuerdo con la conocida relación entre cargas del mismo signo. La construcción de este instrumento, conocido como electroscopio, es un ejercicio muy común en la escuela secundaria, y consiste en tomar un frasco de vidrio con tapa, perforarla e introducir un alambre que pase a través de ésta, y en el extremo del alambre que está en el interior del frasco, colocar un par de láminas de papel aluminio. Si tocamos el extremo de afuera del alambre con un peine de plástico o algún objeto similar, las láminas recibirán la carga eléctrica acumulada por el peine a través del alambre. Sin embargo, después de un tiempo, dichas láminas acabaran juntándose, independientemente de qué tan bien haya sido construido el electroscopio.
Un físico austriaco llamado Víctor Hess se percató de este hecho y se preguntó lo siguiente: ¿Por qué acaban descárgandose las hojas de metal del electroscopio? La explicación más frecuente era que la radiactividad natural de los elementosquimicos presentes en la tierra acababa por descargar al electroscopio, pues según se acababa de descubrir por Henri Becquerel en 1896, estos elementos emiten partículas cargadas de manera espontánea. Para probar esta hipótesis, un padre jesuita alemán llamado Teodoro Wulf propuso en 1909 realizar mediciones de la velocidad de descarga en un electroscopio, mejor que el descrito antes, desde la cúspide de la Torre Eiffel (de 300 m de altura), y encontró que no había variación con respecto a las medidas hechas a nivel del suelo. Sin embargo, Hess propuso hacer este experimento alejándose de la tierra notablemente, es decir, montar no uno sino tres electroscopios de muy alta calidad en un globo y observar su comportamiento en la medida que ascendía. Lo que se encontró fue que los electroscopios se descargaban más rápidamente en la medida que aumentaba la altura del globo, “a partir de los mil metros el efecto es notable y a cinco mil metros es varias veces más rápida la descarga a comparación de a nivel del mar”, indicando que había una radiación incidente desde “afuera” de la Tierra. En particular, realizó un vuelo el 12 de abril de 1912, día en que hubo un eclipse solar casi total, y al no observar variación en la velocidad de descarga durante el fenómeno, concluyó que el Sol no era la principal fuente de estos rayos extraterrestres, al menos hasta donde su equipo se lo permitió. Estos históricos vuelos se realizaron entre 1911 y 1912, y por los resultados encontrados, se considera a Víctor Hess el descubridor de los rayos cósmicos.
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En este video se explica algo sobre el orígen de losrayos cósmicos.
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